V. I. Lenin, el líder de la Revolución rusa, fue “el gran teórico de la práctica y el gran práctico de la teoría”. Así lo definía el filósofo marxista húngaro Gyorg Lúkacs, pues conjugó en su persona al brillante intelectual y al militante y dirigente revolucionario, cuyas ideas generaron grandes debates que continúan hasta el día de hoy entre los círculos de la izquierda mundial.
Lenin fue el único que supo ver cómo el oportunismo y el revisionismo podían infiltrarse en el movimiento obrero bajo el pretexto de los problemas de organización y la “libertad de crítica”. Fue así como surgió ¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento.
Reeditar un documento tan esencial para la teoría y la práctica revolucionarias es una iniciativa, más que oportuna, urgente, debido a la serie de problemas en los que se encuentra sumergida la izquierda mundial, que parece haber perdido la brújula desde la implosión de la URSS. Cabe advertir, no obstante, que la obra no le da respuesta a las interrogantes que cada situación concreta debe plantear y resolver por su cuenta; sin embargo, quienes se proponen la lucha política por un mejor mundo sí hallarán elementos valiosos para la construcción de un partido fuerte y adaptado a las circunstancias actuales. Esta obra de Lenin, por eso, tiene mucho que decirles a los revolucionarios del presente.
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